En este país las cosas cambian al son que se dicta desde la Castellana y los medios afines al régimen. 'La Mala Educación' es una película de Pedro Almodóvar que aún no he visto, pero que hoy en día se representa cada dos domingos en el espectacular estadio de Chamartín, y el de en medio en el resto de provincias, que dirían ellos.
Que estamos faltos de valores es algo que podemos comprobar cada domingo en el estadio en el que jueguen los blancos capitalinos. Cuando lo que prima es ponerle la alfombra roja al merengue en cuestión, haga lo que haga, y ponerlo siempre por encima del bien o del mal, pasamos a vivir situaciones que pasan de hilarantes a vergonzosas a la velocidad del rayo.
No tenían bastante con el portugués de Madeira, otro consentido, y este verano llegó el otro portugués para el banquillo. “Nacidos para ser del Madrid”, diría el Ser Superior. Le van como anillo al dedo a un club que hace mucho que dejó de lado su señorío (seguro que lo tuvo) y se ha pasado al chabacanerío, la chulería, la prepotencia y la mirada por encima del hombro.
Para ello, es importantísimo tener un aparato mediático alrededor que convierta todas las acciones en buenas por parte de los blancos, y malas por parte de los demás. Mtiliga golpeó con la nariz el codo de Cristiano y se le persiguió; Piqué levantó la manita y en ese momento escoció lo que semanas antes había hecho gracia en San Siro. Está claro cuál es el plan. Los malos son Preciado, Garrido, Emery, Cristobal Soria, Manzano, Guardiola, Piqué, Ballesteros, Cani, Luis García…
El santo se llama Mourinho y su arcángel Cristiano Ronaldo. Gente de bien, educación a raudales y ni un mal gesto. Si ellos pegan, la culpa de los pegados; si ellos insultan, la culpa de los insultados; si ellos provocan, la culpa de los provocados. Forma parte de su grandeza, dice el aparato mediático. “Es que si Mourinho y/o Cristiano no fueran así, no serían Mourinho y/o Cristiano”.
Harina de otro costal es el continuo alabo (y posterior vituperio al contrario) de un entrenador que ha ganado títulos, pero que no ha propuesto absolutamente nada fuera de lo normal en ninguno de los equipos, buenísimos todos, que ha entrenado. Incluido este Madrid, que sigue ganando los partidos gracias a la inercia con la que lo lleva haciendo en los últimos años, y a sus buenísimos futbolistas.
El señorío del Madrid ha muerto, a Florentino se le está escapando de las manos y aún hay quien se pregunta por qué se les odia cada vez más en todo lo que no huela a merengón.
Y que a un caballero como Pellegrini lo machacaran desde el minuto 1. No entraba en el new style por lo visto.
Prima la mala educación, pero la de Almodóvar al menos estuvo nominada para algún que otro Goya…
Saludos