He de reconocerlo. Disfruto como un enano leyendo la prensa madridista tras un clásico en el que pierden. Es uno de los leitmotiv de mi vida como aficionado al fútbol.
Lo primero que hice al llegar a casa fue abrir Marca.com dispuesto a deleitarme con uno de sus clásicos lloros. Y no tardé en encontrarlo:
'Ibra marcó en posición correcta y Piqué hizo penalti a CR9', rezaba el enlace a una llorona pieza de las que este diario acostumbra a mostrarnos. Ayer se lo dije a un amigo merengón y hoy lo repito aquí. "El problema es que estais acostumbrados a que os piten esas cosas, pero eso no es penalti en ningún sitio del mundo". Así de sencillo. Pero claro, había que llorar.
En estas que sigo leyendo artículos de opinión de los pasquines nacional-madridistas. Menos mal que vi el partido -en compañía de varios amigos merengues, con lo que el disfrute es aún mayor- y conocía el resultado, porque si no me habrían confundido estos periodistas capitalinos. Las loas, todas la Madrid, como siempre.
Dicen que hizo el mejor partido de la temporada: Sospechaba que jugaba mal, por lo que contaban, y es que yo sólo lo he visto en el Sánchez Pizjuán y en el primer partido ante el Milan, pero esto me lo confirma. Que aplaudan las orejas los aficionados madridistas por el juego de su equipo ayer es cuanto menos sintomático. Los de Pellegrini, ayer, no fueron más que el equipo que llevan demostrando años. De juego 0, velocidad al contraataque mucha y jugadores muy buenos. Con estos se ganan muchos, muchísimos, casi todos los partidos, pero no se juega ni a las tabas.
Dicen que el arbitraje fue permisivo con el Barça e, incluso, determinante: No se lo creen ni ellos. Pocas veces podemos ver en España una actuación arbitral como la de ayer de Undiano Mallenco. Si el resto de los árbitros fueran la mitad de bueno que éste otro gallo cantaría. ¡Qué nos van a contar los madridistas de arbitrajes permisivos!
Dicen que el Madrid sale reforzado pese a la derrota: Manda palotes. Que se aplauda a todo un Real Madrid por perder en el Camp Nou es, por supuesto, de chiste. Que digan que los blancos fueron mejores que el Barcelona por trazar 3 ó 4 contraataques rápidos y directos es, desde luego, de auténtico circo. El líder, invicto además, es hoy el FC Barcelona. Y nada más.
Dicen que CR9 le sacó los colores a Puyol en la primera carrera. Y nada más. No se comenta nada del clásico oscuro que hizo el 'nuevo dios', en el que su gran aparición fue un fallo en un uno contra uno contra Valdés. El resto del partido, nada. En su duelo particular con Messi, muy desfavorecido el portugués. Y en su duelo con Puyol, grande siempre Carles, enorme en defensa junto al gran Piqué. Y que aún haya quien discuta qué equipo es mejor...
Dicen que el pase del "teatrero" -así le llama el objetivo periodista Tomás R.- Alves a Ibrahimovic sólo había que empujarla. Y bien que la empujó, y que machacó la portería de un tal Iker Casillas que nada pudo hacer.
Y dicen, y buscan, y lo peor es que encuentran todas las excusas posibles a la realidad de una derrota más, y van tres seguidas, a manos del que hoy en día es el mejor equipo del mundo. No se engañen, el Madrid a día de hoy no puede maniatar a los de Guardiola, no pueden ser iguales. Es imposible. Porque unos son buenos jugadores de fútbol que ganan partidos y otros, simplemente, juegan como los dioses.
Claro que, si uno recuerda los dos clásicos del año pasado (1 y 2), entiende las reacciones merengues. Exactamente las mismas que las del equipo pequeño que, tras recibir un año una goleada en campo del grande, al siguiente le planta algo de cara y sale derrotado por la mínima.
Pero el Real Madrid, por mucho que lo traten e incluso lo consigan muchos de sus aficionados y gacetilleros, no es un equipo pequeño que puede salir contento con una derrota.
Un Saludo
Lo primero que hice al llegar a casa fue abrir Marca.com dispuesto a deleitarme con uno de sus clásicos lloros. Y no tardé en encontrarlo:
'Ibra marcó en posición correcta y Piqué hizo penalti a CR9', rezaba el enlace a una llorona pieza de las que este diario acostumbra a mostrarnos. Ayer se lo dije a un amigo merengón y hoy lo repito aquí. "El problema es que estais acostumbrados a que os piten esas cosas, pero eso no es penalti en ningún sitio del mundo". Así de sencillo. Pero claro, había que llorar.
En estas que sigo leyendo artículos de opinión de los pasquines nacional-madridistas. Menos mal que vi el partido -en compañía de varios amigos merengues, con lo que el disfrute es aún mayor- y conocía el resultado, porque si no me habrían confundido estos periodistas capitalinos. Las loas, todas la Madrid, como siempre.
Dicen que hizo el mejor partido de la temporada: Sospechaba que jugaba mal, por lo que contaban, y es que yo sólo lo he visto en el Sánchez Pizjuán y en el primer partido ante el Milan, pero esto me lo confirma. Que aplaudan las orejas los aficionados madridistas por el juego de su equipo ayer es cuanto menos sintomático. Los de Pellegrini, ayer, no fueron más que el equipo que llevan demostrando años. De juego 0, velocidad al contraataque mucha y jugadores muy buenos. Con estos se ganan muchos, muchísimos, casi todos los partidos, pero no se juega ni a las tabas.
Dicen que el arbitraje fue permisivo con el Barça e, incluso, determinante: No se lo creen ni ellos. Pocas veces podemos ver en España una actuación arbitral como la de ayer de Undiano Mallenco. Si el resto de los árbitros fueran la mitad de bueno que éste otro gallo cantaría. ¡Qué nos van a contar los madridistas de arbitrajes permisivos!
Dicen que el Madrid sale reforzado pese a la derrota: Manda palotes. Que se aplauda a todo un Real Madrid por perder en el Camp Nou es, por supuesto, de chiste. Que digan que los blancos fueron mejores que el Barcelona por trazar 3 ó 4 contraataques rápidos y directos es, desde luego, de auténtico circo. El líder, invicto además, es hoy el FC Barcelona. Y nada más.
Dicen que CR9 le sacó los colores a Puyol en la primera carrera. Y nada más. No se comenta nada del clásico oscuro que hizo el 'nuevo dios', en el que su gran aparición fue un fallo en un uno contra uno contra Valdés. El resto del partido, nada. En su duelo particular con Messi, muy desfavorecido el portugués. Y en su duelo con Puyol, grande siempre Carles, enorme en defensa junto al gran Piqué. Y que aún haya quien discuta qué equipo es mejor...
Dicen que el pase del "teatrero" -así le llama el objetivo periodista Tomás R.- Alves a Ibrahimovic sólo había que empujarla. Y bien que la empujó, y que machacó la portería de un tal Iker Casillas que nada pudo hacer.
Y dicen, y buscan, y lo peor es que encuentran todas las excusas posibles a la realidad de una derrota más, y van tres seguidas, a manos del que hoy en día es el mejor equipo del mundo. No se engañen, el Madrid a día de hoy no puede maniatar a los de Guardiola, no pueden ser iguales. Es imposible. Porque unos son buenos jugadores de fútbol que ganan partidos y otros, simplemente, juegan como los dioses.
Claro que, si uno recuerda los dos clásicos del año pasado (1 y 2), entiende las reacciones merengues. Exactamente las mismas que las del equipo pequeño que, tras recibir un año una goleada en campo del grande, al siguiente le planta algo de cara y sale derrotado por la mínima.
Pero el Real Madrid, por mucho que lo traten e incluso lo consigan muchos de sus aficionados y gacetilleros, no es un equipo pequeño que puede salir contento con una derrota.
Un Saludo
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