¡¡Felicidades Tites!!


Ojalá pudieran celebrar los 140 años, porque el mundo en el 2079 ganaría tanto como gana hoy con ellos.

Pese a que no pude estar con vosotros en la celebración de ayer, no creáis que por mi pensamiento no pasó aquella cita familiar en el Club de Mar y, sobre todo, los cumpleañeros. Y es que uno, conforme pasa el tiempo, se siente cada vez más orgulloso de la familia a la que pertenece, algo en lo que los dos cumpleañeros tienen buena parte de responsabilidad. Debemos agradecerle todos mucho a María Jesús y José María.

Cuando mi madre me comentó que escribiera algo por la efemérides, no sabía como comenzar el escrito y se me vinieron a la mente dos temas. El primero, agradecer a María Jesús su compromiso con el crecimiento de sus sobrinos a la hora de servir las raciones de comida en cualquier comida familiar. El segundo, aquel día de Reyes en que José María, demostrando que es tan agradecido como buen nacido, se probó para disfrute de todos los que allí estábamos los calzoncillos estampados que le acababa
n de regalar y, además, aportó una estampa inolvidable.

Al final he empezado con María Jesús... y es que ya sabeis la teoría de los postizos que tiene en José María a su principal valedor...


Son muchas los recuerdos que me asaltan al escribir esta entrada. Que si José María batiéndose el cobre con las moscas en Aguadulce, que si el zorro de María Jesús, que si la alfombra animalesca de la casa de Almería, las comidas para el doble de los que estábamos en Aguadulce y, más recientemente, las celebraciones de Nochevieja en pleno paseo, las tardes en las que salíamos a comprar soldadillos en las que Chemita, momentáneamente, se hacía más culé que Gaspart, o aquellas camisetas Le Coq Sportif con las que vistió el equipo alevín de balonmano de mi hermano y que, como no podía ser de otra manera, a mí me correspondió una con el 14 a la espalda. "El número de Cruyff", así me convenció...


Con María Jesús estamos ante la bondad en persona, una mujer que hace todo lo posible por agradar, eso sí con algún que otro despiste, de esos muy navarros, incluido... Y si no que se lo pregunten a María Amelia y como alabó aquellos calamares rellenos... ¿O era pollo?. Lo que está claro, es que es en nuestra familia lo más parecido a un Vito Corleone, eso sí, a su manera...

De José María hay que destacar su simpatía, su forma de contar anécdotas y, especialmente, su forma tan almeriense de c
ontar las cosas. Si algún día existiera la Academia Almeriense de la Lengua deberían darle el sillón de la P, letra por la que empieza la palabra pellejero y que él pronuncia tal y como mandan los cánones...

En definitiva, dos personas que han marcado y marcan a nuestra familia, y que han contribuido a inculcarnos muchas cosas, desde el barcelonismo (con su correspondiente y aguerrido antimadridismo) a algunos, hasta parte de nuestra educación y, sobre todo, el compromiso con nuestros familiares.


Así que, larga vida a los tites, Visca el Barça y hace sólo una hora que he comido, yo creo que ya es hora de que salga doña Loli con las magdalenas y el chocolate...


Un beso enorme.

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