Adiós a los candaditos...


Inmersos en obras por todos sitios la mayoría innecesarias, carriles-bicis por cojones y desaparición y guerra declarada al aparcamiento, por fin una decisión del ayuntamiento me causa alegría.

Sevilla es, posiblemente, la ciudad más novelera del mundo. Sumado esto a la falta de civismo y falta de respeto por los monumentos que, por desgracia, abunda en las ciudades españolas, los que acostumbramos a transitar por un sitio tan emblemático como el Puente de Triana no dábamos crédito cuando el volumen de candaditos agarrados a la barandilla no hacía más que aumentar.

Retirados estos candados, ya ha habido algún lumbreras que ha vuelto a poner su huella hasta que sea de nuevo presa de la rotaflex.

Hay muchas maneras de demostrar el amor sin necesidad de alterar un monumento.

Candados ¡¡NUNCA MAIS!!

Un Saludo

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