No voy a engañar a nadie, ayer fui al Sánchez Pizjuán con un deseo claro: que el Sevilla FC ganara y diera caza al Atlético de Madrid. Esto cuando jugaba ante el equipo de mi ciudad, una UD Almería a la que he seguido en la distancia todo lo que he podido desde siempre, pero no quiero apuntarme ningún tanto, por eso reconozco mi intención inicial en cuanto al partido.
Reconozco por tanto, que no me inunda la alegría porque el Almería, equipo con su objetivo brillantemente logrado, haya ganado al Sevilla, aunque también es cierto que si otro equipo hubiera salido de Nervión con un 1-4 a su favor estaría bastante más cabreado.
La sensación era una mezcla entre estupor, satisfacción, pena y orgullo.
Un recién ascendido jugando al fútbol de esa manera es necesariamente elogiable, ahí están sus números y su fútbol, sus resultados y sus victorias sonadas.
Pese a una primera media hora muy fuerte del Sevilla, el resto del partido fue el Almería el que parecía el grande, con impresionantes y exultantes Corona y Felipe Melo moviendo el centro del campo, con un certero Negredo y unos firmes centrales. Todo eso sumado a la decepcionante actuación de muchos jugadores sevillistas que Dios sabrá donde tienen puestos los pensamientos dio lugar al meneo que pudimos presenciar en el Sánchez Pizjuán, algo que yo nunca había visto en ese estadio.
Impresionante la UD Almería, a sólo tres puntos de UEFA y a seis de Champions, espero que Atlético y Racing pinchen y se cumpla el objetivo sevillista y el sueño almeriense. Champions y UEFA respectivamente...
Además, digna de reconocimiento la animación en el Ramón Sánchez Pizjuán, sobre todo de esos a los que se les intenta machacar manipulando imágenes y mintiendo. Grande BIRIS NORTE.
En la derrota y en la victoria se reconocen a las grandes aficiones.
Un Saludo
Reconozco por tanto, que no me inunda la alegría porque el Almería, equipo con su objetivo brillantemente logrado, haya ganado al Sevilla, aunque también es cierto que si otro equipo hubiera salido de Nervión con un 1-4 a su favor estaría bastante más cabreado.
La sensación era una mezcla entre estupor, satisfacción, pena y orgullo.
Un recién ascendido jugando al fútbol de esa manera es necesariamente elogiable, ahí están sus números y su fútbol, sus resultados y sus victorias sonadas.
Pese a una primera media hora muy fuerte del Sevilla, el resto del partido fue el Almería el que parecía el grande, con impresionantes y exultantes Corona y Felipe Melo moviendo el centro del campo, con un certero Negredo y unos firmes centrales. Todo eso sumado a la decepcionante actuación de muchos jugadores sevillistas que Dios sabrá donde tienen puestos los pensamientos dio lugar al meneo que pudimos presenciar en el Sánchez Pizjuán, algo que yo nunca había visto en ese estadio.
Impresionante la UD Almería, a sólo tres puntos de UEFA y a seis de Champions, espero que Atlético y Racing pinchen y se cumpla el objetivo sevillista y el sueño almeriense. Champions y UEFA respectivamente...
Además, digna de reconocimiento la animación en el Ramón Sánchez Pizjuán, sobre todo de esos a los que se les intenta machacar manipulando imágenes y mintiendo. Grande BIRIS NORTE.
En la derrota y en la victoria se reconocen a las grandes aficiones.
Un Saludo
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