Esta es la historia de una ciudad en la que los magos vienen de Oriente, de más allá de la antigua Calle Oriente quiero decir...
Donde los reyes son los que en poco más de 20 meses han traido cinco calices rellenos de mucho más que oro, incienso y mirra. Esos cofres de joyería, grandes y esbeltos contenían miles de ilusiones y de felicidades, las de todos esas personas que sintiendo unos colores jamás habían contemplado tantas alegrías juntas, una detrás de otra, sin solución de continuidad.
Además, desafiando a los escritos bíblicos, en esta ciudad ayer vinieron 14 reyes, todos ellos vestidos de blanco con medias negras, excepto uno italiano que lo hacía de gris. Y es que estos reyes no sólo venían de oriente, sino que lo hacían desde los cuatro puntos cardinales del mundo, desde Uruguay hasta Serbia, desde Dinamarca hasta Mali.
Ellos, en su día, decidieron ser magos, pero magos del balón. Unas figuras del balompié que, en poco menos de dos horas, dejaron bien claro quienes son los reyes futbolísticos de esta ciudad. Por si en estos 20 meses aún había alguien que pensaba lo contrario -descarriados hay en todos sitios- ayer se dedicaron a hacerle todo tipo de trucos a los contrarios verdiblancos. ¿Dónde está el balón? durante muchos minutos parecía escondido para algunos, imposible de alcanzar y muy difícil de ver, como si de magia se tratara.
Ayer los Reyes Magos pulularon por Nervión, haciendo felices a miles de niños de entre 0 y 100 años, poniendo las cosas en su sitio, haciendo de la historia lo que debe ser la historia...
Dejando, una vez más, un regalo inolvidable.
¿O cuando se han visto a unos Reyes Magos del sur?
Un Saludo
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