¿Qué hubiera pasado si a una igualá de Salvador Dorado se hubiera presentado alguna mujer exigiendo ser igualada? Habría pagado por verlo.
Los tiempos cambian, a veces para bien y otras para mal, y el mundo del costal no iba a ser menos. Está claro que hoy los pasos van mejor, pero el oficio está prácticamente perdido.
Todo es distinto ya. Tras una semana de lo más convulsa g
racias a los caprichitos de una señorita a la que le gusta salir mucho en los medios (empiezo a dudar de que realmente le guste salir debajo de un paso), hoy nos encontramos en un punto del que es difícil salir.
La poca vergüenza de más de una y más de dos instituciones a las que sólo le interesan las cofradías para fines electoralistas y otros similares ha salpicado a este mundo que nunca comprenderán, por que para comprender esto, es fundamental mamarlo, o al menos ser cofrade.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan indignado por algo. Indignado por las ansias de protagonismo de unos y otros. Indignado por la falta de oficio de esos costaleros que permitieron la afrenta en su paso, en sus trabajaderas, en su virgen. Indignado por que esos políticos que viven de espaldas a las hermandades las usen para beneficio propio. Indignado por los medios que hablan de lo que nunca han entendido. Indignado porque una Junta de Gobierno soberana se deje presionar y embaucar y dé marcha atrás a una decisión acertada por progres trasnochados que no entienden de igualdad sino de discriminación positiva.
Estoy triste porque veo como un mundo que amo en profundidad se desmorona por la falta de respeto que existe cada vez más por la historia y la tradición de las cofradías de Sevilla.
Se está perdiendo todo. Se pierde este oficio tan bonito y nadie hace nada por remediarlo. Y cada vez son menos las personas que dignifican lo que ha sido siempre ser COSTALERO DE SEVILLA.
"Entre todos lo mataron y él solito se murió", acabaremos diciendo.
¡MÁS OFICIO Y MENOS PAMPLINAS!
Un Saludo
Los tiempos cambian, a veces para bien y otras para mal, y el mundo del costal no iba a ser menos. Está claro que hoy los pasos van mejor, pero el oficio está prácticamente perdido.
Todo es distinto ya. Tras una semana de lo más convulsa g
racias a los caprichitos de una señorita a la que le gusta salir mucho en los medios (empiezo a dudar de que realmente le guste salir debajo de un paso), hoy nos encontramos en un punto del que es difícil salir. La poca vergüenza de más de una y más de dos instituciones a las que sólo le interesan las cofradías para fines electoralistas y otros similares ha salpicado a este mundo que nunca comprenderán, por que para comprender esto, es fundamental mamarlo, o al menos ser cofrade.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan indignado por algo. Indignado por las ansias de protagonismo de unos y otros. Indignado por la falta de oficio de esos costaleros que permitieron la afrenta en su paso, en sus trabajaderas, en su virgen. Indignado por que esos políticos que viven de espaldas a las hermandades las usen para beneficio propio. Indignado por los medios que hablan de lo que nunca han entendido. Indignado porque una Junta de Gobierno soberana se deje presionar y embaucar y dé marcha atrás a una decisión acertada por progres trasnochados que no entienden de igualdad sino de discriminación positiva.
Estoy triste porque veo como un mundo que amo en profundidad se desmorona por la falta de respeto que existe cada vez más por la historia y la tradición de las cofradías de Sevilla.
Se está perdiendo todo. Se pierde este oficio tan bonito y nadie hace nada por remediarlo. Y cada vez son menos las personas que dignifican lo que ha sido siempre ser COSTALERO DE SEVILLA.
"Entre todos lo mataron y él solito se murió", acabaremos diciendo.
¡MÁS OFICIO Y MENOS PAMPLINAS!
Un Saludo
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