Es vox pópuli en España que los toreros están hechos de otra pasta, pero tú, José, dentro de ese barro taurino con el que fabrican a los matadores de toros eres del especial, del que se hizo a antiguos mitos del toreo.
Hace poco más de una semana volvieron a cornearte, el no iniciado pensará que son los malos toreros a los que cornean. A ti te cornean por colocarte donde nadie se coloca. Por ser el más puro de los toreros actuales, por ir siempre con la verdad, y la taleguilla, de purísima y oro, por delante.
Has revolucionado de nuevo al mundo taurino, aunque no piensen que la fiesta se moría antes de que volvieras, eso sólo lo piensa quien no la conoce. Sentimos ahora los aficionados que estamos ante el mito de nuestro tiempo, y eso hay que disfrutarlo, llenando plazas y permitiéndonos el lujo, bendito lujo, de pasar miedo contigo.
No en vano, tu presencia enfervoriza a la afición. Ni un alfiler cabe en ni una sola de las plazas que durante esta temporada han disfrutado de tu purísimo toreo, ni las que los disfrutarán.
Una vez más, y van... el día 28 de agosto, volviste a juguetear con la muerte como un niño lo haría con una pelota. Ese mismo día moría el torero del Sevilla FC, ese mismo día se cumplían sesenta años de la muerte de un grande, en esa misma plaza, en esos terrenos que tu pisaste y en esa enfermería donde te postraste, eso sí, saliendo por tu propio pie. Como siempre.
Sólo tú podías estar ese día en esa Plaza de Santa Margarita, en esos terrenos. El 28 de agosto de 1947 Islero acababa con la vida de Manolete. El 28 de agosto de 2007 Vinatero no pudo con Tomás, no es tu momento, aunque tu verdad, la que acongoja a las plazas, nos mantiene en vilo cada vez que toreas. Dios no lo quiera, pero tu toreo te concede muchas papeletas de morir como el torero cordobés, sobre el albero. Quizás esa sea tu intención, sea eso lo que planea en tu subconsciente.
Eso, que ayudaría a convertirse en mito a cualquier torero, a ti no te hace falta. Lo serás aunque acabes tus días postrado en una cama de hospital, quiera Dios que sea dentro de muchos años.
Tu regreso no ha podido llegar en mejor momento. Recuerda a los años en que las aficiones taurinas seguían a sus toreros por toda la geografía española. Un gran impulso a la fiesta sin duda.
Por fin algo genuino de Madrid, exceptuando cierta niña pero eso eran otras épocas, me apasiona. Todo un logro, puedo asegurártelo.
Yo ya puedo decir que he visto a José Tomás en directo en una plaza. En la mía, en la de Almería. Todo un lujo que espero poder repetir.
Y ya sólo puedo darte las gracias.
Gracias por tus ajustadísimas chicuelinas, por ese instante de pellizco que das cuando te echas el capote a la espalda, preludio de unas escalofriantes gaoneras.
Gracias por torear como lo haces al natural, por tus trincherazos, por tus larguísimos derechazos.
Gracias por colocarte donde lo haces. Hay quien torea al hilo, quien no se cruza, quien se cruza y, un paso más allá, estás tú. Facilitando las cosas a tu oponente y poniendo en pie a la plaza.
Gracias por no hacer distinción, por no ser de los que sólo torean cuando les conviene, por ser torero en todas las plazas.
Gracias por volver, por ser de otra pasta, por recuperarte tan pronto y por no decepcionar. En lo que otros se retirarían durante meses, tu sólo descansas días.
Gracias, de nuevo, por poner siempre tu verdad y tu taleguilla por delante, aunque disgustos te cueste.
Gracias, José Tomás, por tu toreo.
El mito de nuestro tiempo.
Un Saludo
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