Me cuentan las crónicas - es decir, tu hermano- que se hizo cierto eso que dijeron el otro día en el programa Los Toros de la Cadena Ser de que esto siempre da una segunda oportunidad.
Y es que, después de presentarte en el concurso de las escuelas taurinas y torear como se pudiese a semejante alimaña, te colocaste en Linares, Plaza de Santa Margarita, delante de otro novillo y lo bordaste.
Cortaste una oreja, y si hubieras acertado con los aceros de primeras seguro que hubieran sido dos.
Me alegro mucho por ti.
Porque yo espero ir algún día como Sabina, a la plaza de Linares y tú, vestido de purísima y oro, como la canción, me brindes un toro.
Pero uno de los grandes, de Cuvillo, de Zalduendo o de Fuente Ymbro.
Que lo torees y que lo bordes.
Pero es que no es que lo espere, sino que estoy seguro de ello.
Y quien dice Santa Margarita dice la Real Maestranza, las Ventas, el Puerto, Malagueta o el coso de la avenida de Vilches...
Un Saludo
Ánimo novillero
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