Toros en Sevilla: Semana de preferia




Casi acabada ya la semana de preferia en cuanto a lo taurino se refiere, es momento de valorar los cuatro festejos a los que he asistido desde el martes. Otrora analizaba de la mejor manera posible todos y cada uno de las corridas de forma individual, pero visto lo visto y tras la experiencia de muchas decepciones, veo mejor hacerlo en bloque y centrarme en, de momento, lo único bueno que he visto.


El martes fui a la de Palha, una corrida multicultural donde las haya. Un torero catalán, otro mexicano, el que cerraba vasco y la ganadería portuguesa. Destacaron las ganas de Macías y Fandiño y, sobre todo, la sobrecogedora cornada que el quinto de la tarde le pegó a Arturo Macías, que si bien se mostró muy valiente durante toda la tarde quizás pecó de arrimarse ante un toro al que se le veía venir. También es digno de destacar el buen funcionamiento de la lona que se le pone al ruedo y que ha posibilitado que se hayan celebrado unas corridas que hace tan sólo dos años no se habrían podido dar.


El jueves estuve en la de Victorino y lo único destacable fue la presentación de algunos toros. Destacable teniendo en cuenta que lo presentado el año anterior ni siquiera lo parecía. Eso sí, los toros sin casta ni fondo. Si esto es lo que ha mandado a Sevilla, con razón el ganadero de Galapagar no lidia este año en Madrid.


Ayer sábado le tocó el turno a la corrida de Gavira. Una de las que más expectación había levantado a la hora de configurar los carteles y que fue decepcionante al máximo. Toros mansos, corretones que sólo destacaron en la mano izquierda de Talavante. Morante, de nuevo, no quiso ni verlos aunque había poco que verles y Luque demostró que venía con ganas.


Pero lo realmente bueno vino, una vez más, con la corrida de El Ventorrillo y de las manos de El Juli. Quizás el torero más regular de la actualidad, o al menos esa es mi impresión tras verlo en más de cinco plazas distintas y en diversos años. El madrileño firmó una actuación perfecta desde el primer capotazo a la estocada en el primero de la tarde. El público, con razón y perseverancia, pidió las dos orejas y el presidente inició el mitin concediéndole sólo una. Tras cuatro años asistiendo de forma asidua a esta plaza, nunca había visto una faena tan redonda y, sin embargo, sí he visto en alguna que otra ocasión la concesión de dos orejas. El toro del Ventorrillo fue un auténtico carretón lleno de nobleza que El Juli metió en la canasta desde que salió de chiqueros.







El cuarto fue más bravo y, a la vez, más complicado. Pero de nuevo el madrileño hizo con él lo que quiso y le recetó otro estoconazo. Esta faena, bajo mi punto de vista, fue de una oreja, pero el presidente terminó su mitin y le dio las dos del tirón después de que el puntillero fallara en tres ocasiones. Lo justo para El Juli fueron sus tres orejas, pero repartidas de otra manera, por lo que se demostró la ineptitud del presidente de la corrida.

Castella dejó pasar su oportunidad con un quinto que tenía buen son, mientras que Perera tuvo, sin duda, el peor lote, casi sin opciones.

Al terminar la corrida, la apoteosis fue vivir mi primera Puerta del Príncipe en feria -antes había visto a Salvador Cortés salir a hombros en una encerrona en octubre-. Merecida por uno de los mejores toreros de la actualidad y que, creo, no está suficientemente valorado en Sevilla. Yo lo tengo claro, para el Domingo de Resurrección de 2011 El Juli y dos más con los toros de El Ventorrillo...





Un Saludo

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