La copa papelitos

Menudo papelito la Copa Confederaciones.

Vamos, básicamente es un papelito general a nivel de competición, de selecciones, de fútbol... de todo.


Para empezar, creo que es norma de la FIFA celebrar este torneo en el lugar donde un año después se jugará el Mundial. No sé si se trata de una prueba de fuego, pero en lugares como Sudáfrica, donde el fútbol es secundario en cierta manera, una competición menor como ésta apenas tiene tirón. Y si encima pones las entradas a precios prohibitivos para la sociedad negra, a priori la verdadera aficionada al fútbol de la zona, del país africano pues apaga y vámonos, tenemos que acabar abriendo las puertas como en las más chabacanas celebraciones de todo el mundo.

Pese a todo, el papelito que más nos interesa es el de la selección española que, ojo, no se mitiga con el otro papelito de los italianos.

Tras tres partidos insulsos ante equipos pequeñísimos esta España, por mucho que dijeran, no dejab
a de ser una incógnita. A Nueva Zelanda le metió cinco, pero si no recuerdo mal seis o siete le metió el Sevilla hace un par de años en su partido de presentación, mientras que a Irak y a Sudáfrica, dos equipos de lo más ramplón, costó doblegarles lo suyo.

Aún así, regresamos al pasado y en prensa y demás dábamos por hecho el favoritismo de España por encima del resto de selecciones, no en vano, yo también soy de los que piensa que nuestra selección es mejor que la actual brasileña y que Italia, pero primero hay que medirse ante gallitos, descartando l
os polluelos. No sólo íbamos a ganar la Copa Confederaciones de calle sino que ya estábamos allanando el camino para recoger la copa dorada en la final que se celebre en Sudáfrica allá por los primeros días del verano de 2010.

Y cometimos el mismo error de toda la vida, aquel en el que no caímos el año pasado. Antes de la Eurocopa todo el mundo, incluso la prensa, bramaba contra la selección de un entrenador que no daba juego y caía mal. Y ganamos la Eurocopa.

Hoy volvemos a competir con un señor muy madridista en el banquillo al que nadie cuestiona, ni cuestionará, y volvemos a toparnos con la prepotencia y los partidos ganados sin bajar del autobús. ¡Ay! Si hubiera sido Aragonés el que hubiera protagonizado el papelito de ayer...


Y ya, el papelito traca, el de nuestros futbolistas de ayer. Hoy en día nadie gana nada jugando el mínimo esfuerzo, aunque eso haya dado resultado en los tres partidos anteriores. La selección norteamericana estableció un orden defensivo pefecto, al estilo de los del Chelsea ante el Barcelona en Champions, y ahogó nuestras opciones ofensivas. Cuando logramos salir de ahí nos topamos con un tal Howard que bordó el toreo ayer ante la precipitación española. Precipitación provocada primero por el papelito de un tal Capdevila que no sabe ni como es campeón de Europa, y en el colmo de la confianza trata de quitarle el balón a un cedido de su equipo como si de un partido entre bachiller y primaria se tratara ¿No hacía falta al menos otro lateral izquierdo en la selección?; y segundo por el papelito de un chico de Camas que, bajo mi punto de vista, aún no sabe si es central o lateral y que, en el colmo de los colmos de la confianza, pierde valiosos segundos en el área chica con otro chico de primera al que ni siquiera ve.


Habrá que mirarle el lado bueno a todo y así no tendremos que tragarnos más partidos de este aburridísimo torneo que ni la FIFA ni España han sabido enfocar y, además, volvemos al planeta tierra tras el viaje espacial que iniciamos en Viena con un gol de un tal Torres que ayer, por cierto, no pudo jugar peor.


Un Saludo

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