¡SACAPASOS!


¡Sacapasos! Dicen que le espetó un oficial de la Hermandad de los Negritos a uno de esos hombres que ha colaborado en sacar su cofradía durante varios años.

¡Sacapasos! Pero no un sacapasos cualquiera, sino un sacapasos de lo más despectivo posible, como intentando hundir en la miseria el costalero en cuestión, como acusándole del más grave de los crímenes, como excomulgándolo del orbe cofrade de élite, adalid de la corrección y experto de la voluta más absurda de la obra de orfebrería más insospechada...

¡Sacapasos! Por encima del hombro, como si él fuera más que otro, con la insutada soberbia que supone un carguito a un pobre de espíritu, con el recuerdo de cuando los adinerados se apartaban al ver a un costalero entrando en un bar...

¡Sacapasos! Lleno de un absurdo rencor, como si él le estuviera quitando algo, lleno de envidia, por que puede que quisiera ser lo que es el interlocutor en la actualidad, pero pasó inadvertido por cientos de igualás, no salió de la corriente en su vida, sufría como un condenado desde el minuto uno mientras sus "compañeros" disfrutaban de su oficio y él ya deseaba que llegara el relevo.

¡Sacapasos! Desde la desmemoria cuando interesa, porque ahora no recuerdas cuando hace 10 ó 12 años sólo un capataz de nombre fue capaz de sacar de la mediocridad a los pasos de tu cofradía, desde la falta de agradecimiento, hacia un capataz de los grandes y hacia hombres que se han dejado la espalda durante años bajo tus pasos cuando eran pocos los que querían sacarlo, desde lo más profundo de su pretencioso ser, porque ahora piensas que tu hermandad tiene que ser como las grandes y das la espalda a la realidad de una corporación que, como tantísimas otras, no tiene capacidad para tener una cuadrilla de hermanos de verdad, y de la avaricia, de los que le brillan el símbolo del euro brillando en sus ojos, por que en el fondo, da exactamente igual que sean hermanos o no los que sacan los pasos, lo importante es que estos llenen las arcas de la tesorería.

¡Sacapasos! Vale, lo acepto.

¿Pero y tú? ¿Por qué no reconoces lo que eres?

¡Sacacuartos!

Un Saludo

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