Toros en Zafra: El valor de un indulto

El pasado sábado me acerqué a Zafra, en plena feria ganadera de San Miguel, la más importante de España, para disfrutar de una nueva corrida de toros.


Desde que se anunció la encerrona de Miguel Ángel Perera me puse en contacto con mi amigo Luis para conseguir las entradas del que iba a ser el último compromiso del extremeño en la temporada y en su tierra. Pero la desgracia y la heroicidad del de la Puebla del Prior en Madrid imposibilitó que se diera la corrida, espero que el año que viene se pueda dar.

Ya descartado mi primer viaje a tierras extremeñas, en la mañana del sábado recibí un sms que cambió mi pensamiento. La empresa se había apretado los machos y anunció un mano a mano entre El Juli y Morante de la Puebla en sustitución de la encerrona. Genial la empresa en este aspecto, una corrida de categoría por otra y una nueva opción de ver a Morante, la cuarta del año aunque de ellas sólo se ha consumado una. Al Juli era la cuarta ocasión en que lo podría ver, y la regularidad del de Velilla de San Antonio y su empaque como torero se puso de nuevo de manifiesto en Zafra.

Se lidiaron los toros de diversas ganaderías reseñados para la encerrona de Perera excepto uno, qué casualidad. Morante mató un Fuente Ymbro, soso, un Zalduendo que se movió y un Cuvillo soso pero que se dejó hacer, mientras que El Juli toreó a un José Luis Pereda rajadísimo, a un muy buen Jandilla (del que hablaremos después) y a otro Fuente Ymbro paradísimo con el que sólo le valió pegarse un arrimón de categoría. Por cierto, éste último Fuente Ymbro era el sobrero reseñado para Perera, el toro que no toreó fue de Victorino Martín, ¡Qué casualidad!.

Estuvo bien Morante en tierras extremeñas. Parece que se ha tomado con más calma eso de que "toro que no me gusta, toro que mato". Sin tener toros excesivamente buenos se pudieron ver pelas de Morante. El primero fue muy soso y apenas pudo sacarle nada, pero además del excepcional recibimiento de verónicas que os dejo a continuación dejó algunos derechazos templadísimos que bien valieron la pena.



En el segundo dejó también detalles de figurón cuajando una faena más completa y cortando una oreja, pero fue en su tercero en el que se mostró ese Morante con personalidad que se busca, con ese toreo que sólo él sabe hacer mezcla de antigüedad y modernidad. Al Cuvillo le cortó las dos orejas tras un final de faena de lo más variado como dan fe estas tandas de molinetes y el final de la faena con ese pase tan peculiar que viene realizando últimamente el de la Puebla.





Pero la verdad es que si se hubiera tratado de un partido de fútbol el vencedor habría sido El Juli. Es espectacular el momento que atraviesa el de Velilla de San Antonio, tras celebrar los 10 años de alternativa en Nimes, triunfar en Barcelona, y así casi por donde va. Al rajadísimo primero le exprimió todo lo posible para cortar una oreja.

Pero el gran toro de la corrida fue el cuarto, el de Jandilla. Toro que se desplazó y mucho en el capote, que en la muleta desde el principio repitió y que tuvo un gran pitón derecho, no así tanto el izquierdo. Un gran toro de vuelta al ruedo, que no pudo dar porque a una minoría le dio la fiebre del indulto, el torero la siguió, el ganadero se vio en su momento de protagonismo, el presidente encontró el pañuelo que no sabía ni donde estaba y hala, Cafetero al campo sin conocer lo que es la suerte de varas. Un toro, por muy bueno que sea, que éste no lo fue para tanto, no se puede indultar nunca sin entrar al menos dos veces al caballo. Cafetero entró una y apenas le pusieron una inyección.

Aquí os dejo parte de la actuación de El Juli, comenzando por un bonito quite de dos lances enlazados.



Inició la faena con pases por alto por ambos pitones en los que ya se pudo ver la buena condición del de Jandilla.



Y en esta tanda con la derecha despatarrado podemos comprobar la calidad del burel.



Así que, los dos espadas a hombros por la puerta grande.


La Plaza de Zafra, además de incomodísima, me pareció una bonita plaza de pueblo, con un ambiente algo menos populista de lo que suele haber en la mayoría de plazas de tercera (excepto en el indulto) y con, o al menos esa impresión me dio, un toro bastante íntegro, ya que los pitones, a simple vista y desde la fila 3 del tendido de sol no parecían manipulados. El ambiente durante la lidia y faenas era bueno, como en casi todos sitios se desprecia el tercio de varas y a la hora de dar orejas, muy de pueblo, siempre algo por encima de lo que se merecen los toreros.


En definitiva una buena tarde de toros en la que, algunos de los presentes, no entendieron que el indulto es un favor a la fiesta cuando es merecido, no como el de Jandilla.

Con esta tarde de toros creo que se acabaron mis visitas a plazas esta temporada. Ha sido un año intenso de toros que resumiré más adelante con datos, cifras y sensaciones.

Y una pregunta final.

¿Dónde está el Victorino?

Un Saludo

0 comments:

Post a Comment