Debido a que no he tenido demasiado tiempo y el acceso a internet en Almería no era todo lo bueno que deseaba, apenas he podido comentar nada de la Feria Taurina en honor a la Virgen del Mar que se desarrolló la última semana de agosto en mi ciudad.
Pero no podía dejar pasar la oportunidad de comentar lo vivido en la primera corrida de toros de la feria, segunda de abono. La del lunes, en la que se lidiaron toros de Cebada Gago para los espadas El Fundi, López Chaves y Luis Bolívar.
El colombiano dejó buenas sensaciones cortando una oreja a su primero y estando muy entregado toda la tarde. López Chaves estuvo francamente mal.
Pero lo mejor de la tarde, como los grandes aficionados podrían esperar, tuvo el sello de José Pedro Prados El Fundi. Un auténtico torerazo, como así tuve la oportunidad de decirle cuando se acercó a la barrera en la que nos encontrábamos para recibir una foto del Señor de la Cena.
Y es que decir el Fundi es decir oficio en el toreo. Me siento incondicional de este hombre, de este torerazo. Enhorabuena.
Y cuando se juntan los dos elementos con los que titulo este post la emoción es el sentimiento que copa cualquier plaza de toros. En esta ocasión tuvimos la suerte de que por la puerta de chiqueros saliera Pinturero, un torazo de Cebada Gago que desde luego si se reencarnara en costalero sería un pinturerazo de los buenos, de los que le pueden a las peleas.
Pues bien, Pinturero no se cansó se embestir en la sabia muleta de El Fundi, que quiso indultar al burel, si bien, la tendencia a despreciar la suerte de varas en todas las plazas que no son de primera hizo que la petición de indulto no fuera valorada por el "cambiante" presidente y se quedara en una merecidísima vuelta al ruedo.
Por desgracia no grabé muchos momentos de esa faena, pero aquí os dejo una tanda con la izquierda rematada con faroles y un portentoso pase de pecho y la buena estocada con la que el Fundi acabó con la vida, brava vida, de Pinturero.
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