Por fin


Feneció por fin este larguísimo mes de agosto. Tan largo como se presumía desde que se creó el calendario.

El pulso era tal que languidecíamos casi a la misma vez, pero yo tenía todas las de ganar, o al menos eso esperaba.

Malos tiempos estos para estar aquí, mal momento para la soledad y el trabajo.

Malos momentos que en definitiva conforman uno de los peores periodos de 31 días que recuerdo, uno de los peores meses de mi vida.

Si pienso fríamente no recuerdo nada realmente excelente que me haya pasado durante este mes, sin embargo no tengo que escudriñar mucho la cabeza para encontrar momentos más o menos amargos.

Nunca pensé que desearía tanto que llegara un final de agosto.

Ya os dije cuando moría 2006 que los cambios de meses o años no son más que una norma social establecida.

Pero en fin.

Mañana será otro día ;)

Bienvenido septiembre.

Un Saludo

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